(Imagen: el partido político mexicano de izquierda Morena sortea sus candidatos). Véase fuente.
Durante parte de
la historia, el componente democrático de un régimen político se identificó con
el uso del sorteo en la designación de los cargos públicos. Así fue en la
democracia ateniense, hasta el punto en que Aristóteles equiparó utilización
del sorteo con democracia y elección de los cargos con aristocracia.
Posteriormente, el sorteo continuó desempeñando un papel complejo durante la
República y el Imperio romanos y singularizó el gobierno republicano en las
ciudades libres del Medievo y el inicio del Renacimiento italiano. Venecia,
llamada República Serenísima,
inspiraría la Océana de James
Harrintong que serviría como modelo a muchos colonos ingleses en Norteamérica.
El modelo de elección del jefe de la república (el Dogo), así como de otras magistraturas menores, ofrece ejemplo de
sofisticadísimas utilizaciones del sorteo. Por su parte, la accidentada
historia de la República de Florencia se midió, durante alguno de sus momentos
más emblemáticos, en la discusión sobre el sorteo: los textos, favorables o no,
de Leonardo Bruni, Francesco Guicciardini o Maquiavelo así lo atestiguan. En
los Reinos de España, el sorteo fue utilizado abundantemente en la Corona de
Aragón y, durante la revolución comunera, identificó la designación de
representantes. Tales modelos llegarían hasta la elección de los compromisarios
en las Cortes de Cádiz. No extraña que, como explicó Bernard Manin, Montesquieu
o Rousseau siguieran identificando sorteo y democracia.
Después desapareció, al menos en los que
corresponde a la designación de los cargos políticos. Las repúblicas modernas
se apoyaron en la elección. En lo que a las instituciones judiciales
corresponde, siguió desempeñando su papel en muchos regímenes constitucionales
modernos. Desde hace más de veinte años, sin embargo, el sorteo comienza a
reaparecer tanto en la teoría política como en la filosofía. Las causas son
variadas y corresponderá a este número de Daimon
ofrecer un mapa: mejora del conocimiento y la duración de la democracia
ateniense, renacimiento de las fuentes clásicas para pensar la democracia
contemporánea, impulso de la crítica politológica y sociológica de los sistemas
de representación, reivindicación de los movimientos sociales y desarrollo de
nuevos sistemas de experimentación política. Una literatura cada vez más
nutrida y que atrae jóvenes investigadores testimonia sobre el particular.
El objetivo de este número de Daimon será estimular la reflexión sobre
aquello que lo titula "Sorteo y democracia". Admitirá contribuciones
de la historia, la sociología, la ciencia política, la estadística y por supuesto
la filosofía: a todas ellas les exigirá la reflexión sobre cómo el sorteo
permite o dificulta una participación popular de calidad. Dada la escasez de
publicaciones en lengua española permitirá que nuestra revista ofrezca un
conjunto pionero. Los coordinadores del número serán Jorge Costa Delgado,
Liliane López Rabatel, José Luis Moreno Pestaña e Yves Sintomer.
El número reclamará
contribuciones en cualquier lengua y se comprometerá a evaluarlas: una vez
aceptadas, los autores deben ofrecer una versión en un castellano correcto.
El número aparecería como el último de 2017 y aseguraría un espacio
cuidadosamente elegido de orientación bibliográfica, ya sea bajo la forma de
reseñas o de notas críticas. En conjunto, este monográfico debería permitir a)
Mejorar el conocimiento de la reflexión filosófica sobre sorteo y democracia,
desde Platón a Jacques Rancière, pasando por la ciencia política, la historia y
la sociología 2) Mejorar el conocimiento histórico de los usos del sorteo y los
problemas que plantea su reconstrucción, desde Atenas a los territorios del
mundo europeo contemporáneo 3) Mejorar el conocimiento de nuevas formas de
experimentación política con el sorteo como protagonista, ya sea desde
mecanismos institucionales o desde movimientos sociales.
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