1. En el caso de las reflexiones epistemológicas españolas de los 40-50, muy vinculadas a la tradición epistemológicas francesa (Pemartín, París, Saumells y menos pero también Sánchez Mazas y entroncando todos con las reflexiones de Ortega y Zubiri sobre la física actual), no hay mucha continuidad con la de los 70 (sustentadas de forma dominante en la epistemología de tradición analítica, desde el Círculo de Viena hasta Lakatos y Kuhn pasando por Popper, y a menudo despotricando de la tradición bachelardiana, como en Sacristán o Fontana, o bien ignorándola). La discusión de Bachelard-Canguilhem en el contexto de las recepciones de Althusser, Lacan y Foucault (en los 70-80) no parecen tener (esto habría que verlo con más detalle porque puede haber hilos conductores como el caso de Ibáñez y en muchísima menor medida Garrido) mucha conexión con las de los años 40-50. En Francia obviamente sí hay una gran continuidad en su tradición epistemológica, desde Duhem-Poincaré hasta Passeron, distinta y específica respecto a la germana-anglosajona, sustentada aquella en la historia de la ciencia y no en la lógica simbólica 2.Carlos París y Roberto Saumells en los 50 sostienen una cierta vía media entre la opción 2 y la 3. A diferencia de Bachelard cuya opción era la 3, y de Maritain cuya opción era la 2. Este esquema es muy útil también para mí 3. El cuadro grande está muy bien, funciona. Me queda algo dudoso lo de “doctrina”. ¿Está bien hablar de “doctrina” para referirse a un conjunto de problemas teóricos compartidos? Lo digo porque suena un poco dogmático. Claro, aquí está el matiz cuando dices “compartir de manera más o menos creativa”. Cuando pienso en los discípulos de Bueno, lo de “doctrina” me cuadra bien; cuando pienso en los de Sacristán, me cuadra menos. Claro también se puede decir que la relación de los primeros con la doctrina es menos creativa y la de los segundos más creativa en general. Claro, en el caso de los discípulos de Aranguren es mucho más difícil hablar de “doctrina” o de “dispositivo de problemas” (“¿problemática?”), aunque sí puede hablarse de un vago programa más o menos compartido. Yo no llegaría al límite de negar por completo la presencia de esto último en el grupo de Aranguren, identificándolo sin más con un grupo de apoyo mutuo. ¿No se podría hablar de una problemática compartida con la que se podría mantener una relación cuya creatividad, en una escala de 1 a 10 tiende a 0 (relación doctrinaria) o tiende a 10 (relación productiva). En el primer caso se trata de glosar o meramente de aplicar la problemática a un campo nuevo; en el segundo se trataría de ampliar la problemática modificándola y al límite abriendo una nueva. Y en medio todos los grises posibles 4. "En su caso, sin desligarla claramente de la tradición reaccionaria –de la que Merleau-Ponty también procedía-, lo que sin duda evitó la transmisión teórica a la generación intelectual que escribiría en los 70 y que necesitaría para escribir sobre el cuerpo…" Algo así sucede con el Bachelard de Saumells y París, asociado a una metafísica realista tradicional, lo que impidió su transmisión a la generación intelectual posterior, que sólo importó (minoritariamente) a Bachelard-Canguilhem a través de la importación de Altusser y Foucault
1. En el caso de las reflexiones epistemológicas españolas de los 40-50, muy vinculadas a la tradición epistemológicas francesa (Pemartín, París, Saumells y menos pero también Sánchez Mazas y entroncando todos con las reflexiones de Ortega y Zubiri sobre la física actual), no hay mucha continuidad con la de los 70 (sustentadas de forma dominante en la epistemología de tradición analítica, desde el Círculo de Viena hasta Lakatos y Kuhn pasando por Popper, y a menudo despotricando de la tradición bachelardiana, como en Sacristán o Fontana, o bien ignorándola). La discusión de Bachelard-Canguilhem en el contexto de las recepciones de Althusser, Lacan y Foucault (en los 70-80) no parecen tener (esto habría que verlo con más detalle porque puede haber hilos conductores como el caso de Ibáñez y en muchísima menor medida Garrido) mucha conexión con las de los años 40-50. En Francia obviamente sí hay una gran continuidad en su tradición epistemológica, desde Duhem-Poincaré hasta Passeron, distinta y específica respecto a la germana-anglosajona, sustentada aquella en la historia de la ciencia y no en la lógica simbólica
ResponderEliminar2.Carlos París y Roberto Saumells en los 50 sostienen una cierta vía media entre la opción 2 y la 3. A diferencia de Bachelard cuya opción era la 3, y de Maritain cuya opción era la 2. Este esquema es muy útil también para mí
3. El cuadro grande está muy bien, funciona. Me queda algo dudoso lo de “doctrina”. ¿Está bien hablar de “doctrina” para referirse a un conjunto de problemas teóricos compartidos? Lo digo porque suena un poco dogmático. Claro, aquí está el matiz cuando dices “compartir de manera más o menos creativa”. Cuando pienso en los discípulos de Bueno, lo de “doctrina” me cuadra bien; cuando pienso en los de Sacristán, me cuadra menos. Claro también se puede decir que la relación de los primeros con la doctrina es menos creativa y la de los segundos más creativa en general. Claro, en el caso de los discípulos de Aranguren es mucho más difícil hablar de “doctrina” o de “dispositivo de problemas” (“¿problemática?”), aunque sí puede hablarse de un vago programa más o menos compartido. Yo no llegaría al límite de negar por completo la presencia de esto último en el grupo de Aranguren, identificándolo sin más con un grupo de apoyo mutuo. ¿No se podría hablar de una problemática compartida con la que se podría mantener una relación cuya creatividad, en una escala de 1 a 10 tiende a 0 (relación doctrinaria) o tiende a 10 (relación productiva). En el primer caso se trata de glosar o meramente de aplicar la problemática a un campo nuevo; en el segundo se trataría de ampliar la problemática modificándola y al límite abriendo una nueva. Y en medio todos los grises posibles
4. "En su caso, sin desligarla claramente de la tradición reaccionaria –de la que Merleau-Ponty también procedía-, lo que sin duda evitó la transmisión teórica a la generación intelectual que escribiría en los 70 y que necesitaría para escribir sobre el cuerpo…"
Algo así sucede con el Bachelard de Saumells y París, asociado a una metafísica realista tradicional, lo que impidió su transmisión a la generación intelectual posterior, que sólo importó (minoritariamente) a Bachelard-Canguilhem a través de la importación de Altusser y Foucault